En medio del año, mi querido amigo Hugo Vecchiet, hábil pescador con mosca, me extendió una invitación irresistible: pescar en Junín de los Andes, Neuquén, específicamente en el Sprink Creek Lodge, un renombrado destino conocido por su excelente operación de pesca y servicio de primera categoría.

Partimos en avión hacia Bariloche y allí alquilamos un automóvil para facilitar nuestros desplazamientos, llegando al Lodge justo a tiempo para la cena. Para nuestra sorpresa, Gustavo Hiebaum, propietario de la operación (Set Fly Fishing) junto a Mariana, nos estaban esperando para brindarnos una cálida bienvenida.

Durante cuatro días, navegamos los ríos Aluminé, Collón Curá y Chimehuín, todos alimentados por la cuenca del Limay.

Río Aluminé – Día 1

Acompañados por el guía Marcos, nos aventuramos en el Aluminé el primer día, donde a pesar del desafiante «Puelche», un viento catabático proveniente de los Andes que sopla hacia el oeste y no es ideal para la pesca, tuvimos una jornada excelente. Aunque el Aluminé me tomó por sorpresa al principio, acostumbrado como estaba a los pequeños arroyos de Córdoba, rápidamente me adapté a sus aguas amplias, repletas de recodos, rápidos, zonas planas y pozos profundos. Fue un día de ajuste para mí, explorando nuevas técnicas de pesca con droppers y perdigones, lo que resultó ser sumamente divertido y efectivo. Aunque la actividad no fue muy intensa por la mañana, después del mediodía (y un abundante almuerzo, acompañado de una buena copa) las truchas comenzaron a aparecer, salvando el día con numerosas capturas de truchas arcoíris y marrones, aunque ninguna de gran tamaño.

Río Collón Curá – Día 2

¡Qué río tan espectacular! Está lleno de emociones de pesca y ofrece un paisaje simplemente increíble. Esta vez, nos acompañó el Guía Andrés Leiva, cuyo vasto conocimiento y cálida personalidad hicieron que nuestro día fuera verdaderamente inolvidable. Durante la jornada en el río, Hugo compartió que, a pesar de sus más de 60 años de experiencia en la pesca con mosca, nunca había logrado atrapar una perca. Su comentario pareció ser como una invitación al destino, ya que casi al instante, su caña se dobló y lo que inicialmente parecía ser una trucha marrón resultó ser su primera perca.

¡Ese día fue realmente emocionante! Desde la mañana hasta la tarde, las truchas estuvieron activas, alimentándose en la superficie prácticamente en todo el curso del río. Aunque inicialmente empecé el día con una línea de hundimiento y un streamer, encontré gran éxito con el tandem Chernobyl/Fat Albert con perdigón. Sin embargo, las truchas se mostraron extremadamente selectivas con los perdigones, lo que nos obligó a adaptar constantemente el tamaño y el color a lo largo de la jornada. En un momento dado, mientras pescaba con mosca seca, esta se hundió de repente. Al levantar la caña, me encontré con una tremenda resistencia del otro lado; resultó ser una hermosa trucha marrón. Nos llevó más de doce minutos poder introducirla al copo y capturarla en la foto para inmortalizar el momento, antes de devolverla al agua.

Río Collón Curá – Día 3

Nuestro tercer día de pesca nos llevó a explorar otra sección del Río Collón Curá, distinta a la del día anterior. Una vez más, flotamos con Andy a los mandos. Durante la mañana, disfrutamos de una abundante pesca de truchas arcoíris y marrones de tamaño variado, pero lo más sorprendente ocurrió cuando Hugo, utilizando línea de hundimiento y streamer, atrapó tres percas consecutivas. Fue una sorpresa para todos, ya que aunque la perca es común en la zona, es raro capturar tres seguidas. Por la tarde, Hugo y yo cambiamos a un tandem de mosca seca y ninfa (perdigón), lo que resultó en una jornada muy entretenida y llena de diversión con una gran cantidad de capturas.

Río Chimehuín – Día 4

En nuestro último día de pesca, Paco, el estratega del Lodge, planificó una flotada en el Río Chimehuín debido a la presencia de viento y a la protección natural que ofrecen los árboles en sus orillas, haciéndolo la elección ideal para esa jornada.

Una vez más, nos unimos a Andy para la aventura, pero esta vez Hugo y yo nos sentíamos mucho más seguros con el tandem, y el resultado fue increíble: atrapamos trucha tras trucha sin descanso. Aunque no capturamos ejemplares de gran tamaño, cada pelea fue memorable, especialmente con las marrones que se lanzaban a correr largas distancias hacia el fondo y contra la corriente del río. Fue una jornada verdaderamente espectacular, tanto que incluso nos permitimos disfrutar de la pesca desde la orilla, en el agua misma.

Sobre el Lodge Spring Creek

El lodge es simplemente espectacular. Consta de 6 cabañas totalmente equipadas y bellamente decoradas, diseñadas para que el pescador más exigente se sienta cómodo y relajado. Los desayunos y cenas son verdaderamente exquisitos, y el servicio del equipo es excepcional en todos los aspectos.

Durante las cenas, se marida el menú con una cuidada selección de vinos de alta calidad, además de una variedad de cócteles y bebidas que puedes disfrutar directamente en la barra. Los desayunos son una delicia completa, con una variedad de manjares caseros que son sencillamente irresistibles.

Para el almuerzo, los guías preparan comidas directamente a orillas del río, utilizando una plancha calentada con un anafe de alcohol, lo que proporciona una experiencia culinaria única en medio de la naturaleza.

Spring Creek Lodge es mucho más que un lodge de pesca, es un paraíso que fusiona la naturaleza con la cálida y profesional atención de su equipo, brindando una experiencia de pesca con mosca muy entretenida y divertida, con la posibilidad de pescar la trucha de tus sueños.

En conclusión, la experiencia de pesca en Junín de los Andes fue más que un simple viaje, fue una aventura inolvidable que nos permitió conectar con la naturaleza, desafiarnos a nosotros mismos y crear recuerdos que perdurarán para siempre. Desde los emocionantes días en los ríos Aluminé, Collón Curá y Chimehuín, hasta las cálidas noches en el Sprink Creek Lodge, cada momento estuvo impregnado de emoción, aprendizaje y camaradería.

Los guías expertos nos introdujeron en los secretos de la pesca en la Patagonia, mientras que el alojamiento nos brindó el confort y la comodidad necesarios para recargar energías después de cada jornada. La gastronomía, con sus exquisitos desayunos y cenas maridados con vinos de calidad, añadió un toque de refinamiento a nuestra experiencia.

En definitiva, este viaje no solo fue sobre la pesca, sino también sobre la conexión con la naturaleza, la exploración de nuevos lugares y la creación de vínculos duraderos. Nos llevamos no solo trofeos de pesca, sino también recuerdos preciosos que atesoraremos toda la vida. Sin duda, Spring Creek Lodge dejará una huella imborrable en nuestros corazones como un destino de pesca incomparable.

Migue Outdoors

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